Además de los pasillos de los grandes restaurantes, catering
de lujo, y también con el computador, en el mundo virtual evidentemente, hoy el
sommelier ya no es un personaje que hablaba de manera rebuscada, utilizando un
lenguaje considerado tal vez oscuro, que vivía en un mundo desconocido para la
mayoría, de hecho, es tan familiar que las páginas web de diferentes
fabricantes - por desgracia, siento decirlo, la mayoría de ellos mas
extranjeros que Italianos - creen que es importante utilizar un sommelier real
para interactuar con sus clientes.
Notas de cata, proceso de producción y
recomendaciones de armonías, en un tono amigable, sencillo, directo y con la
cara amable de un sommelier que emerge de los vídeos de el sitio web de un
productor, en el marco de un hermoso entorno, incluyendo botellas, copas,
instalaciones de producción.
No sólo las bodegas, sino también, por ejemplo las fábricas de
cerveza, evidentemente para dar valor agregado a su producto, ya que desde hace
poco tiempo la cerveza ha dejado de ser la bebida de la masa, de gran volumen,
para pasar a ser apreciada en sus múltiples y distintas facetas y en sus
recetas únicas y algunas veces incluso alocadas.
El sitio web se anima, el
producto toma forma, una persona de carne y hueso habla con un lenguaje quizás
menos sobrio, menos frío o reprimido del que comúnmente circula en los sitios
web institucionales, a los pocos segundos uno ya se siente familiarizado con
ese vino, con aquella cerveza, casi se podría querer beber de inmediato, de
tenerla ahí y tal vez obtener alguna orientación con esas palabras para
entenderlo mejor; también podría ser una idea para vender una etiqueta de vino
indicando que desde la página web del fabricante se puede disfrutar de la
recopilación de información y sugerencias de un experto, complicado, pero no
imposible.
La web es buena para los sommeliers, quienes se
encuentran mucho más cercanos a ella de lo que piensan y además ayuda a los
productos, a los que lo valen ciertamente, que resultan valorizados, subrayados,
transformados en familiares e incluso en deseables.
Por lo demás esta profesión también es muy comunicativa, porque es necesario
que la experiencia y los conocimientos técnicos sean accesibles. Un discurso
que también toca el mundo del café, con los productores, cafeterías y hoteles
que están compartiendo esta profesión haciéndola cada vez más accesible y
conocida desde sus páginas web.
Un sommelier puede entonces trabajar como asesor de clientes
de una página web en que se comercializan vinos y licores, por ejemplo, puede dar
consejos en tiempo real, los que compran en esa página web
tienen, entonces, una persona competente como representante y se sienten
capaces de elegir más a conciencia entre todo lo que se ofrece, detrás de sus
compras hay una cara.
Un valor agregado al sitio y un valor adicional para el sommelier
que también gana en reconocimiento frente a una clientela amplia y variada.
Pero también existen aplicaciones para tabletas y teléfonos inteligentes que
permiten obtener - en tiempo real – fichas técnicas de vinos con notas de cata que
son desarrolladas por el sommelier y puestas a la disposición de los clientes
que cuando compran, piden, beben una botella, quieren saber lo que están
tomando.
En resumen, el mundo del sommelier está
compuesto hoy en día, en parte, también de gran “virtualidad” y está
evolucionando gracias a ella y evoluciona de forma inesperada, acompañando a un
mundo de consumo de calidad que de cierta manera es cada vez menos elitista,
más generalizado, en el que el sommelier ya no puede ser un personaje
misterioso, un cúmulo de conocimientos de carácter casi sagrado, sino más bien
una persona que muestra toda su capacidad al saber ser un vehículo esencial de
comunicación.
(Editado por Giuseppe Vaccarini Dining& Catering Publicado en la edición n º 22 - Julio / Agosto 2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario