martes, 22 de abril de 2008

La Leyenda del Priorato..Alvaro Palacios



Hace cuatro años en mi aventura de vivir en Francia, conocí a la sobrina de Alvaro Palacios que me llevo a Alferez, su pueblo de origen, me embarque en la aventura de descubrir por completo a esta familia que tiene fama de hacer grandes vinos, el Padre de Paz en ese momento Presidente de la Asociacion de Enologos de La Rioja, amigo y compañero de María Isabel Mijares y su hermano Alvarito (como le dicen) el conquistador del Priorato.
Compartire una entrevista maravillosa que descubre un poco de el creador de L´Ermita...
P/Dayana M.



ENTREVISTA REALIZADA POR: Rosa María González Lamas (Divinidades.com)
Te invito a un Corullón¨. Lo vierte en una copa ¨para Borgoñas¨ y se sienta a mi lado. Exploro sus matices de fresa, aspiro su delicada fragancia, y lo degusto a sorbos, sedosos, elegantísimos y, junto a Alvaro Palacios, sublimes. ¨En Galicia y el Bierzo hay vinos que superan a un Chambolle-Musigny¨, declarara poco antes en un diálogo sobre vinos atlánticos de España, durante el Fórum Gastronómico de Santiago.

Pero, ¿se busca adrede ese perfil o es que los vinos del noroeste español pueden ser tal cual?
¨El vino no es forzado. Sale así porque hay una afinidad entre todos los componentes. El propio rasgo climático de la zona abre el abanico de las diferentes texturas de lo sublime, de nuevas expresiones de las hasta ahora conocidas en vino español, y por ello ni sólo la mano del hombre, ni sólo la variedad mencía bastan. Los vinos atlánticos del noroeste, como los del Bierzo, son una nueva personalidad en vino, una hecha por la historia y el clima¨, me explica en éxtasis, como transportado a otra galaxia, con sus impresionantes ojos azules cerrados y sus manos colocadas en posición paralela al suelo, como intentando absorber la energía con que eslabona ideas, encadena palabras y articula con mesura, tersura y poesía sus pensamientos y sentimientos sobre los vinos.
Más conocido quizás por sus Prioratos, Palacios se asentó en el Bierzo en los noventa para dinamizar igualmente esa zona, extrayendo lo mejor de su uva mencía, una cepa por la que apostó y ayudó a revalorar, al igual que hizo su hermano Rafa con la godello, en Valdeorras. ¨Todos los grandes vinos son de origen monástico. Cuando confluyen un microclima, una buena vid y un monasterio, como sucede en Francia, el Priorato o a lo largo del camino de Santiago, se asienta un gran vino¨, afirma. ¨Los grandes vinos surgen donde están esos microespacios. No cubren necesariamente grandes extensiones, pueden ser vinos de mil botellas, pero son grandes. Corullón tiene toda esa divinidad en su origen¨.
Su proximidad al Atlántico confiere a los vinos tintos del noroeste español un carácter fresco, que no necesariamente equivale a marcada acidez. La topografía montañosa hace que en zonas como Bierzo o Ribeira Sacra se practique una viticultura extrema, con vides plantadas en escarpadas pendientes y dominadas por minifundios. Es precisamente esto lo que contribuyó a que las vides permanecieran inalteradas por tanto tiempo, debido a la dificultad de su cultivo. La diversidad de altitudes y exposiciones al sol confiere al Bierzo mucha flexibilidad elaboradora.
En su bodega berciana, cuyo día a día maneja su sobrino Ricardo, elabora Corullón y Pétalos, además de otras etiquetas de parcelas, como La Faraona. Siguen prácticas biodinámicas, quizás no a la rajatabla de un Nicolas Joly, pero sí algunas, por su convencimiento de que otorgan una mayor pureza y transparencia al vino.
Para Alvaro, el proyecto de lo que es el noroeste vitivinícola ha servido para abrir nuevos surcos en la atmósfera del vino español. ¨Quizás la mejor aportación del Bierzo es generar una reflexión de que de esta zona puede salir algo delicado, en contraste con los vinos potentes, concentrados y recios que caracterizan a otras regiones. Bierzo puede generar un despertar sobre la sensibilidad en el vino, expresada, no por lo que hace el hombre, sino por lo que produce la tierra. Esto es importante porque en España aún nos falta ese nivel de sofisticación¨.
Al igual que ha sucedido con la comida, que se ha ido simplificando, los paladares internacionales también han evolucionado a mayor conocimiento del consumidor, buscando vinos con mayor finura, como los bercianos. Curiosamente, explica, ha sido Norteamérica la gran apreciadora del carácter suave de los vinos, aunque de momento no alcancen altas puntuaciones. ¨Pero esa apreciación repercutirá en que veremos más finura en otras denominaciones, como Toro¨, pronostica.

En el cotilleo bodegueril de la zona se ha comentado que quizás te apetecería afincarte también en Ribeira Sacra, ¿es cierto?
¨Ribeira Sacra tiene unas cualidades geoclimáticas e históricas que rozan lo divino. Todos los rasgos para hacer grandes vinos y más, por el reto de su condición orográfica extrema. Pero de momento no hay nuevos proyectos en mis planes, no soy un flying winemaker, hago lo mío, y los grandes vinos requieren de devoción diaria¨.
Está convencido de que España tiene que abordar la procedencia del vino genuino, de la precisión de su origen, y que hay que pensar en hacer grandes vinos que perduren, más míticos a lo Romanée-Conti, en lugar de seguir haciendo muchas marcas más efímeras. ¨La autenticidad y personalidad son la máxima expresión del lujo¨.

Cada vez son más los hacedores que buscan elaborar vinos según su propio buen criterio, fuera de los poco flexibles marcos de los Consejos Reguladores, ¿qué crees de estos organismos?
¨Me dedicaré a complicar la vida de los Consejos porque entiendo tienen que atender una mayor especificidad en las clasificaciones. De grandes regiones, tenemos que ir a lo más micro, a lo municipal, al paraje, a la parcela. Nosotros en Bierzo estamos en zonas de Grands Crus, lo que falta es clasificarlas, como en Francia¨, señala con pasión y convencimiento. Considera que los vinos del nuevo mundo son ¨morfológicos¨, pero no grandes vinos porque no tienen ni espiritualidad ni divinidad. ¨Los clientes muy entendidos, con mucha sensibilidad detectan esa carencia¨.
Bebe un sorbo de mi copa, con picardía y seducción la coloca de nuevo en mis labios y se asegura de que yo deguste el divino placer de que me la dé a beber, sabiendo que también ha estado en los suyos. ¨El vino es una fuente de espiritualidad, de un estilo calmado y emocionante, de reflexión. Cuando los jóvenes sientan esa necesidad de reflexión, sin duda su consumo de vino incrementará¨, concluye, anticipando que quizás le tengamos por el Caribe el próximo año.

No hay comentarios: